(Narrado por Mira, abogada en proceso y asistente de barra del Blythe Café)

Mientras todos reían, yo contaba.

No es que no me hiciera gracia ver a Bruno probándose una peluca Blythe o que no disfrutara viendo a Dani tomando el control del Café como director de eventos. La verdad es que me alegró. Me dio esperanza.

Pero cada carcajada, cada comentario sobre “el Café renace”, me hacía mirar hacia donde nadie más miraba: la caja registradora medio vacía, las facturas sin pagar, el nombre de Café Deluxe colándose en conversaciones susurradas, y la deuda silenciosa que se nos agarraba al cuello como una serpiente dormida.

Porque aunque todos seguimos como si el evento hubiera sido un milagro… yo sé que aún estamos al borde.

Y alguien tenía que hacer algo.

Papeles, excusas y café frío…

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El evento de cambio de ojos fue un éxito. Lleno completo, buena energía, clientes felices. Esmeralda Vainilla se marchó en silencio, y Val no volvió a hablar del tema. Bruno proclamó que la próxima temática sería “muñecas piratas” y Dani ya planeaba una cata de cafés mágicos para la semana siguiente.

Pero mientras ellos soñaban, yo cerré el ordenador en la trastienda con una hoja de cálculo en la pantalla. Los números no mentían.

—Tenemos que saldar la deuda como sea —susurré—. Y de momento no pinta bien.

Los números eran malos, no solo por es estoc dañado en el sabotaje ni por el sueldo de Luis que se fue sin cubrir una semana de trabajo. No. La deuda con el padre de Mimi, que nos ayudó con una inversión cuando abrimos… esa sí que nos consume.

Y si él llegaba a perder la paciencia —algo que sabíamos que era cuestión de tiempo—, podía reclamarnos el control parcial del negocio o, peor, llevarnos a juicio.

Mientras ordenaba las cajas del almacén, me llegó una notificación al móvil. Una historia de Cafe Deluxe: imágenes brillantes, baristas perfectamente peinadas, “nueva máquina de extracción de aroma molecular”. Una burla indirecta. Una amenaza directa.

Me senté un momento. Respiré hondo. Y abrí mi libreta de tapa negra: el archivo donde anoto todo lo que no se ve.
Amenazas veladas. Pedidos anulados. Visitas misteriosas. Comentarios anónimos en nuestras redes.
Esto no era solo competencia. Era guerra empresarial encubierta.

Y lo peor: Val lo sabe, pero no lo quiere mirar de frente. Dani lo intuye, pero está volcado en los eventos. Mimi tiene demasiado con lo suyo. Y Bruno… bueno, Bruno es Bruno.

Así que me toca a mí.

Me pasé el resto del día entre papeles, presupuestos y correos.
Busqué abogados que pudieran revisar el contrato con el padre de Mimi. Noté una cláusula olvidada sobre renegociación si se demuestra «pérdida por sabotaje externo». Interesante.
Contacté a una chica que lleva redes y reputación de negocios pequeños atacados por grandes cadenas. Quiero saber si puede ayudarnos a blindar nuestra imagen online.

También hice una lista de proveedores alternativos, más baratos pero fiables. Una forma de estirar los márgenes sin comprometer la calidad. Si logramos reducir gastos… podríamos empezar a abonar la deuda, aunque sea simbólicamente.

Y dejé una nota en el escritorio de Val.
Solo decía:

“Si tienes un rato, hablemos de números. Y de defensa.”
– M.

Cuando cerramos, Mimi y yo nos cruzamos en la cocina. Se la notaba más relajada, como si el evento de los ojos le hubiera devuelto algo de aire.

—¿Estás bien? —le pregunté.

—Sí… ¿y tú?

Asentí. Luego, sin mucha sutileza, solté:

—¿Tu padre te ha dicho algo últimamente sobre la deuda?

Ella se congeló.

—No. Pero sé que se está impacientando..

Nos quedamos en silencio unos segundos. Luego, Mimi me miró:

—Gracias, Mira. Por no mirar hacia otro lado.

Le apreté la mano. No somos del tipo que se abrazan. Pero ese gesto fue suficiente. Fue fuerte.

El Café estaba vacío. Las luces bajas. Y el cartel “cerrado” colgado de la puerta. Desde fuera, parecía que todo iba bien.

Pero yo sabía que el verdadero trabajo empezaba ahora.

Porque si queremos salvar el Blythe Café, no bastará con creatividad y carisma.
Vamos a necesitar estrategia. Y yo ya estoy en ello.


Fin del Capítulo 13

¿Seguirá Mira con su plan secreto para salvar el Café?
¿Descubriremos más sobre el contrato con el padre de Mimi?
¿Cafe Deluxe moverá ficha… o caerá en su propia trampa?

(¡Comenta, comparte y no te pierdas el próximo episodio, donde la batalla silenciosa se vuelve cada vez más real!)

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